La comunidad de la Parroquia San Pablo vivió jornada de reflexión en la alegría de compartir.
En el hermoso sector de Chancoyán (a 20 km. de la salida norte de Valdivia), los agentes pastorales de la Parroquia San Pablo se dieron cita en una jornada de reflexión el sábado recién pasado que se caracterizó por la alegría de estar juntos.
El objetivo de la actividad, cuyo lema fue “Llamados y enviados en comunidad”, apuntó reanimar a los agentes pastorales en su servicio, con una mirada confiada en los caminos de renovación que se abren de la mano de Jesús que nos llama y envía a ser sus testigos.
La jornada fue acompañada por el equipo diocesano de espiritualidad y retiros que invitó a la reflexión personal y comunitaria en tres momentos: El primero en torno a la invitación de Jesús a sus discípulos a alejarse de la orilla (Lc. 5,1-5); un segundo momento que ahondó en las fuentes para reavivar el seguimiento de Cristo (Mt. 13,1-9); y un tercer momento para reavivar el llamado a ser testigos inspirados en las primeras comunidades cristianas (Hech.1,8 y Hech. 2,42-47).
Así fue que el día transcurrió en medio de la riqueza del encuentro, en torno a la Palabra y también en torno al pan, pues hubo tiempo para el cafecito de la mañana y el rico almuerzo con una animada conversación. La jornada culminó con la eucaristía presidida por el párroco Carlos Martínez, con la animación y canto a una sola voz de la comunidad, en acción de gracias a Dios por su presencia en y entre nosotros.
Como ocurre en cada encuentro fraterno centrado en la Palabra, queda la gratitud y el mandato de no callar lo que hemos visto y oído (cf. Hech.4, 20)